lunes, 23 de julio de 2012

NUESTRAS PAREJAS Y LA CAZA

Para los que no lo sepáis, Job fue un personaje bíblico, un ganadero muy rico del reino de Edom, lo que hoy conocemos por Jordania e Israel. El apelativo de santo, le viene dado por su bondad, paciencia, y otras características propias de santo por la tradición católica, todo ello, tras las innumerables pruebas de fe a las que fue sometido.

Yo no sé si las someteremos a muchas pruebas de fe, pero que tienen más paciencia que el santo Job, eso seguro... me estoy refieriendo a nuestras parejas, las mujeres de los cazadores.

Siempre he pensado que están hechas de otra pasta, sobre todo aquellas que sus parejas son acérrimos con la caza, grupo en el que me incluyo. Y es que tienen que aguantarnos lo que no está escrito, llegar a casa los días de caza con unos "aromas" a monte de narices, en muchas ocasiones, manchados de sangre de llevar colgadas las piezas, para los que nos gustan los aguardos, dormir muchas noches a solas, aguantar los cuidados diarios de los perros, los archiperres de caza por la casa, que nos gastemos x dinero en una chaqueta, pantalón de caza o unas botas en vez de una buena camisa o pantalón para vestir, en definitiva, echarle horas a nuestra afición que podríamos dedicarle a ellas...

Y es que, que levante la mano el "guapo" que no le haya pasado esto...

Tan real como la vida misma... es más, si en un momento dado supieran que estamos pensando en esa patirroja que te viene de pico, o ese guarro que viene rompiendo monte hacia ti, el mosqueo sería monumental y nos mandarían a dormir con...

En fin, que desde aquí mi homenaje a todas esas novias y mujeres de cazadores que se lo tienen más que merecido por aguantarnos tanto con nuestra afición.

PD: gracias por las fotos José Manuel.

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