Hace poco, la Agencia Española De Seguridad Alimentaria Y Nutrición, AESAN, dijo que la carne de caza era perjudicial por su alto contenido en plomo. Yo no sé, pero desde que tengo uso de razón llevo comiendo carne de caza, conejos, perdices, liebres, etc y cuando me encuentro con un plomo evidentemente no me lo como. En fin...
Cosa aparte, es cuando abatimos un animal de caza mayor, bien sea ciervo o jabalí. Tenemos la obligación de pasar el consabido registro veterinario oficial para poder consumir la carne sin ningún tipo de problemas, ya que estos animales pueden ser portadores de diversas enfermedades importantes. Las más comunes son la tuberculosis tanto en ciervos como en jabalíes y por supuesto la triquinelosis en éstos últimos, lo que lleva, en el caso de las canales afectadas, al decomiso total del animal y su posterior eliminación con las medidas pertinentes en su caso.
Pero quizás lo que no se sabe, es que desde el mismo momento de la muerte del animal, los tejidos del mismo empiezan a degradarse, es lo que conocemos por descomposición, y si el tiro ha alcanzado el estómago o los intestinos, las bacterias que están allí presentes migran a otros tejidos, y cuanto más tiempo pasa y más alta es la temperatura, como ahora en verano, más se reproducen, alcanzando cifras que hacen la carne no apta para el consumo humano. Esto lo podemos ver porque los tejidos con mayor concetración de bacterias se tornan verde azulados. Las partes mas propensas a ello son las más cercanas al paquete intestinal, como costillares, y la parte interna de los jamones.
Por lo tanto, mucha precaución a la hora de consumir carne en estas condiciones, hacerlo después de haber pasado la correpondiente inspección veterinaria y ante cualquier pequeña duda desecharla completamente.
Os dejo un vídeo que grabé hace unos años, en el centro de salud de aquí, donde explica el proceso de inspección de las muestras de carne de jabalí. Espero que os guste.
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