martes, 28 de enero de 2014

BATIDA DE JABALÍES 25 DE ENERO.

Este fin de semana pasado volvimos a celebrar una nueva batida de jabalíes en la sierra. Amaneció un día soleado, no obstante, abajo en lugar del sorteo hacía viento, un viento que sabíamos que sería más fuerte arriba en la sierra, eso sí, nadie nos podíamos imaginar lo que nos esperaba allí arriba.
Según se iban colocando las armadas, nos dábamos cuenta, que el día de hoy iba a estar marcado totalmente por el viento, un viento fortísismo racheado, sobre todo en la parte de arriba de la sierra donde verdaderamente no te podías echar el arma a la cara con precisión.
Luis con la recova de Rubén. Muy buenos perros tiene este rehalero.
Antes de soltar ya pude escuchar algún leve, pero tiro suelto, ya que al ser el aire tan fuerte, no te dejaba hubicar el disparo.
Algunas de las recovas camino de la suelta
Es más, ya avanzada la batida, tuve la oportunidad de disparar, primero sobre 4 cochinos juntos, que los vi por el brezo bajo y más tarde sobre otro guarrete de unos 60 kilos. En ambas ocasiones, no estarían por encima de los 40 metros y cada vez disparé por tres veces, pero era materialmente imposible hacer un disparo efectivo en esas condiciones de viento, pues te movía el arma a su antojo.
La mancha tenía mucho jabalí, pero estaban bajos debido al aire, lo que hizo que las rehalas tardaran el levantarlos porque entraron cuerda abajo.
No pude contabilizar los disparos totales realizados porque no se escuchaba apenas nada, pero señalar que casi todas las armadas tiraron, eso sí, unas más que otras como es normal. Y como no hay jornada cinegética sin anécdota, apuntar que un cazador casi se queda sin balas, pues disparó 17 tiros, no quedándose con ningún guarro...

Al final fueron 12 los que se bajaron de la sierra, pero sin duda, pudieron ser muchísimos más de haber salido un día normal. Un resultado escaso para como estaba la mancha, pero buenísimo si nos atenemos a las condiciones del fortísimo viento.


Por último, dar la enhorabuena a las cocineras porque las alubias con oreja estaban riquíiiisimas.
Y esto es lo bonito de la caza, cada jornada es diferente, siempre hay anécdotas que contar, y sobre todo, la excusa de pasar un día entre amigos que como dice el anuncio, no tiene precio.

EDITO LA ENTRADA:
Según vas hablando con la gente, poco a poco te van contando más cosas sobre la batida.
Parece ser que ya recogiendo los bártulos en una armada, oyen venir un perro con un guarro derecho a ellos. Al llegar casi a su altura, se detiene en un regato bajo una madroñera. Un cazador que llevaba un teckel al puesto, al oir al perro ladrar a parado se le suelta de la correa y se va derecho a ellos. Fue perderse el perro en el regato, y ver los cazadores un bonito teckel con la bandera de españa como collar, volando por los aires fuera del regato... menudo susto se llevó el perro... y el dueño claro.

Curiosamente también en la misma armada, al ir a recoger los animales abatidos, los meloncillos ya estaban dando buena cuenta de uno de ellos. No desperdicia ocasión este animal.
  

1 comentario:

  1. Muy boa , u mau foi u airi y algún perreiru rebotau( ei nun u trairia en algunas batias).y u monti forti pa sacal us jabalis mataus ( ei sudi). Ágora a por un sus cornus grandis.

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