Se acabó la caza mayor y después de la batida del día 10, en la que todos nos mojamos y pasamos un frío de miedo, pues creo que en los puestos más altos incluso nevó, la verdad es que este "intensivo" fin de semana de monterías nos ha dejado a todos un gran sabor de boca.
El sábado con un gran día para cazar, nos fuimos de montería al Regato de las Parras, todos éramos un poco excépticos de lo que pudiera haber, pues es una mancha que se ha cazado al salto la menor toda la temporada. Fue un acierto total el soltar los perros a contra querencia de los cochinos, porque los que había se esparramaron de tal manera que dieron mucho juego en las armadas. Prácticamente todas tiraron, sobre todo la traviesa y las dos del río, eso sí, una pena los venaos pues sólo se vieron que ciervas.
Al final, 11 jabalíes cobrados y una buena comida pusieron el fin de la jornada.
Casto y Moisés con su cochina a la limón.
En el caso de casto y sus hijos, el hacerse 600km de ida y otros tantos de vuelta para cazar un fin de semana sólo se le puede llamar afición.
El domingo, cambiamos las jaras por el brezo de la sierra. El día no acompañaba y las predicciones de agua no fallaron, pues prácticamente toda la batida estuvo lloviendo.
Esto condicionó mucho el resultado final de la misma, pues de haber salido un día sin lluvia, seguramente se hubieran abatido más guarros. Por cierto, yo fallé uno estrepitosamente en este cortadero, cruzó como alma que lleva el diablo, pero solo me estorbaba que el guarro. Otra vez será. Aunque peor fue lo de Andrés, que al intentar disparar a un guarro a bocajarro, la bala de escopeta debía estar defectuosa, no detonó, recorrió todo el caño y cayó al suelo a plomo, nunca mejor dicho. Menudo caso!!
Al final fue bajando la niebla poco a poco y apretando la lluvia, con lo cual aceleramos el término de la batida.
Edu y su cochina
El resultado, otros 11 jabalíes y dos más que no pudimos sacar del monte, pues se fueron pegados y los agarraron los perros en medio de los regatones de la sierra. Imposible sacarlos de ahí. Por cierto, sobresaliente para las rehalas pues con las condiciones del día, hicieron un trabajo fantástico.
En definitiva, un gran fin de semana de caza mayor, en la que la mayoría de la gente tiró o vió caza, aunque sinceramente, lo más grande es el poder cazar de esta manera con todos los compañeros de la sociedad. Ya nos comeremos los chorizos todos juntos.
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